En el momento en que un diente está a punto de nacer, las encías se tornan más inflamadas y enrojecidas en el bebé. La sensibilidad aumenta y el tejido se vuelve mucho más sensible.
Para detectar las encías inflamadas en bebés tan sólo hay que observar cómo el pequeño tiende a llevarse más cosas a la boca, especialmente duras, ya que eso puede aliviar la molestia. Hasta que salga toda la dentición, alrededor del decimoquinto mes, puede llegar a aparecer fiebre, mucho dolor y excesiva secreción salival.
Cabe destacar que el dolor de tipo pulsátil se acusa más en las noches, cuando el bebé está más cansado, expresándolo con un llanto muy intenso.
Para empezar, se le puede realizar un masaje en la zona dolorida con el dedo índice. Un poco de agua fría o un poco de hielo aplicado durante unos segundos, puede ser eficaz para disminuir la inflamación.
Cuando hay excesiva salivación puede producirse heridas y ulceras. Es importante limpiarles y colocar un paño limpio y liso debajo de la cabeza del bebé para que se absorba la saliva cuando duerma.
Cuidar las encías de bebés cuando salen los dientes también implica el uso de cremas, pomadas y geles para proteger sus encías. Especialmente, son muy eficaces a la hora de prevenir posibles infecciones.
Existen una serie de pomadas y cremas para el cuidado de las encías de los bebés. Por ejemplo, se puede realizar el masaje con un dedo del gel para poder aliviar más la zona irritada. Se pueden obtener a través de una farmacia. Es importante consultar con un especialista la marca y la cantidad. Cabe destacar que hay geles adecuados para ellos con cantidades muy pequeñas de componentes antiinflamatorios y analgésicos para que puedan calmar su dolor
Contenido supervisado y validado por el Dr. Juan Ballesteros Martínez, Director Médico de Clínica la Victoria.