A pesar del éxito de los implantes, la literatura más reciente recomienda conservar los dientes en la medida de lo posible.
La tasa de éxito de los implantes no supera la tasa de éxito de los dientes comprometidos, pero adecuadamente tratados y mantenidos pueden tener una supervivencia similar.
Así pues, la decisión de extraer un diente y colocar un implante dental debe tomarse cuidadosamente.
Los avances tecnológicos han permitido una mejora en las últimas décadas en los implantes dentales convirtiéndolos en un reemplazo fiable para los dientes faltantes.
Este éxito ha llevado a muchos dentistas a recomendar este tipo de tratamiento como una alternativa a otros tratamientos que se podrían realizar sobre dientes con mal pronóstico.
Aun así, incluso en los casos más complicados, los dientes a tratar pueden mantenerse si se realiza un tratamiento periodontal adecuado, abordando el problema de base causante de la patología.
La extracción de un diente es un tratamiento irreversible y una vez realizado, la opción de colocar un implante supone una serie de riesgos que hay que tener en cuenta.
Por tanto, la decisión de mantener los dientes naturales tratados y mantenidos adecuadamente durante el máximo tiempo posible parece proporcionar una solución que puede disminuir los riesgos de tratamiento a largo plazo.
Antes de que los implantes dentales se convirtieran en una solución viable y fiable para el reemplazo de dientes faltantes, los pacientes tenían que conformarse con otro tipo de tratamientos como prótesis dentales que tenían que reemplazarse a medida que iba cambiando la estructura ósea que las soportaban.
La durabilidad del implante es una de las ventajas más significativas frente a otros tratamientos como los puentes o prótesis completas. Aunque sean tratamientos que pueden durar toda la vida, su durabilidad depende de la adecuación del implante en cada paciente y el cuidado postoperatorio que se tenga del implante.
De este modo, las mismas condiciones que contribuyen a la pérdida de dientes (como la enfermedad periodontal) pueden fácilmente conducir al fracaso del implante. Un cepillado adecuado, el uso del hilo dental y revisiones periódicas ayudarán a prolongar la longevidad del implante.
Por todo esto, siempre que podamos, debemos intentar mantener nuestros dientes en el mejor estado posible, mediante tratamiento periodontal y restaurador, la mayor cantidad de tiempo posible.
Una vez que ya sea inviable el mantenimiento de nuestros dientes, la mejor opción sin duda , es la colocación de implantes osteointegrados.
Contenido supervisado y validado por el Dr. Juan Ballesteros Martínez, Director Médico de Clínica la Victoria.