Lo sabemos: hay veces en las que preferirías no tener que ir a la consulta de tu dentista. Puede que hayas notado una pequeña caries en una muela, o que tus encías hayan sangrado un poco. Quizás hasta te hayas convencido alguna vez de que no irá a más; aunque también es probable que a estas alturas ya sepas que en realidad, eso no sucede nunca. Ese dolor de muelas no se irá por sí solo, y tu incipiente bruxismo no se curará si no haces nada.
Aun así, es frecuente aplazar la visita demasiado, y muchos pacientes llegan a la consulta con un problema más difícil de que reslover que la situación inicial de la que partió. Aunque entendemos que visitar al dentista puede ser estresante, debemos recordar que no hay nada más beneficioso para la salud que la prevención, y que la mejor forma de atajar malestares incómodos, y complejos tratamientos, es visitar frecuentemente al dentista. Por otra parte, una vez que hemos detectado que hay algo mal en nuestra boca, retrasar la visita al dentista puede aumentar los costes derivados del tratamiento.
En muchas ocasiones, esperar se traduce en tratamientos más caros , y también más largos y complicados.
Por supuesto, la mejor forma de detectar cualquier problema es combinar prácticas de higiene bucodental a diario con visitas regulares al dentista. Eso nos permitirá ser examinados por un profesional que identificará el estado de nuestra boca y nos ayudará a optimizar nuestra salud..
Por todo esto, si detectas cualquier pequeño cambio en tu boca, no dudes en acudir a tu dentista de confianza lo antes posible para poder valorar lo que ha ocurrido y poder resolverlo de la forma más fácil posible.
Contenido supervisado y validado por el Dr. Juan Ballesteros Martínez, Director Médico de Clínica la Victoria.