La palabra diastema se refiere a un hueco que más comúnmente está situado entre los dos incisivos centrales superiores, aunque también puede aparecer entre otros dientes.
El diastema es un rasgo muy difundido entre los niños y suele desaparecer sin intervención externa cuando los dientes de leche se substituyan por la dentición definitiva. No obstante, hay casos en los que se mantienen o se originan durante la madurez.
Generalmente, los ortodoncistas aconsejan el cierre de este espacio interdental y ya existen varios métodos de tratamiento innovadores y efectivos para enfrentarse a este problema. Sin embargo, hay personas que no lo consideran un problema y quieren mantener esta característica por causas estéticas. Con este rasgo pretenden, por ejemplo, una apariencia más juvenil. Por lo tanto, es preciso plantearnos la siguiente pregunta: ¿Es imprescindible cerrar un diastema?
La respuesta a esta cuestión siempre debe provenir de un ortodoncista que es capaz de evaluar profesionalmente el estado de la mordida y estimar el riesgo que conllevaría el mantenimiento del diastema. Hay que ser conscientes de que a pesar de que últimamente se hayan puesto de moda, estos huecos no solo son una característica estética, sino que representan un factor decisivo para tu salud e incluso pueden perjudicar el resto de la dentadura, si no son tratados adecuadamente. Más allá de eso, puede afectar en las dificultades de la masticación y digestión, incluso pueden influir en otras funciones del cuerpo causando dolores de espalda, de la mandíbula o el cuello.
En definitiva, el cierre de un diastema no siempre es obligatoriamente necesaria. Sin embargo, en la mayoría de los casos, el ortodoncista va a abogar por ella. En el caso de mantenimiento, se ruega una dedicación elevada a la higiene bocal y la consulta regular de un ortodoncista para evitar un desarrollo desfavorable y asegurar la propia salud.
Contenido supervisado y validado por el Dr. Juan Ballesteros Martínez, Director Médico de Clínica la Victoria.