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La enfermedad periimplantaria es una afección que afecta a los tejidos que rodean un implante dental, perjudicando tanto la encía como el hueso que lo sostiene. Estas condiciones pueden poner en riesgo la estabilidad del implante si no se detectan y tratan a tiempo, por lo que la prevención y el control periódico en tu clínica dental son fundamentales.
Aunque los implantes dentales son una solución segura, pueden verse afectados por la acumulación de placa bacteriana, una higiene bucal deficiente o factores generales de salud que afectan la cicatrización y el sistema inmunológico.
Si no se realiza un mantenimiento adecuado y revisiones periódicas, las bacterias pueden provocar inflamación en la mucosa y pérdida ósea alrededor del implante.
Es la forma más leve y reversible de enfermedad periimplantaria. Se caracteriza por la inflamación de la encía alrededor del implante, sin afectación ósea.
Síntomas frecuentes: enrojecimiento, hinchazón y sangrado al cepillado.
Tratamiento: limpieza profesional exhaustiva, eliminación de placa bacteriana y refuerzo de la higiene en casa.
Es una inflamación más grave, que afecta tanto a la mucosa como al hueso que sostiene el implante.
Puede conducir a la pérdida del implante si no se trata a tiempo.
Tratamiento: puede requerir procedimientos quirúrgicos, limpieza profunda, descontaminación de la zona y, en algunos casos, injertos óseos para recuperar la estructura perdida.
El seguimiento y tratamiento de estas afecciones suele realizarse mediante técnicas avanzadas de periodoncia, garantizando la salud de los tejidos que rodean los implantes.
Las enfermedades periimplantarias pueden desarrollarse cuando los tejidos que rodean un implante se inflaman o se dañan, lo que puede comprometer la estabilidad del implante. Algunos de los factores de riesgo más importantes son:
Higiene bucal insuficiente
La acumulación de placa bacteriana y restos de comida alrededor del implante es uno de los principales desencadenantes de la inflamación. Si no se eliminan correctamente mediante un cepillado adecuado y el uso de hilo dental o cepillos interdentales, las bacterias pueden invadir la encía y el hueso, provocando mucositis o periimplantitis.
Acumulación de sarro y placa persistente
Cuando no se realiza una limpieza profesional periódica, los depósitos de sarro se endurecen y crean un ambiente propicio para que las bacterias se desarrollen. Esto aumenta el riesgo de inflamación crónica y pérdida ósea alrededor del implante.
Tabaquismo
El tabaco reduce la circulación sanguínea en la encía y disminuye la capacidad de respuesta del sistema inmunológico frente a las infecciones. Esto hace que las bacterias se propaguen más fácilmente y ralentiza la cicatrización de los tejidos que rodean el implante, aumentando el riesgo de periimplantitis.
Diabetes y otras enfermedades sistémicas
Las condiciones que afectan el sistema inmunológico o la capacidad de cicatrización, como la diabetes no controlada, aumentan la susceptibilidad a infecciones en la boca. Un paciente diabético puede desarrollar inflamación más rápido y la progresión de la enfermedad periimplantaria puede ser más rápida y agresiva.
Estrés y hábitos de vida poco saludables
El estrés crónico puede afectar la respuesta inmune y aumentar la inflamación en los tejidos orales. Además, hábitos como el bruxismo (rechinar o apretar los dientes) ejercen presión sobre los implantes, favoreciendo la inflamación y la pérdida de hueso.
Implantes mal mantenidos o con sobrecarga funcional
Un implante que recibe fuerzas desiguales o excesivas, o que no se revisa regularmente, puede sufrir microdaños en la encía y el hueso que lo soporta, lo que facilita la aparición de inflamación y pérdida ósea.
La buena noticia es que la mayoría de estos factores se pueden controlar con hábitos correctos y revisiones periódicas al dentista.
Cepillado diario con técnicas adecuadas y uso de hilo dental o cepillos interdentales específicos para implantes.
Revisiones periódicas con profesionales especializados en implantología dental y periodoncia.
Evitar hábitos que dañen la encía o el implante, como fumar o morder objetos duros.
Si notas alguno de los siguientes signos, es fundamental acudir cuanto antes a un profesional:
Inflamación o enrojecimiento alrededor del implante
Sangrado durante el cepillado o el uso de hilo dental
Dolor o sensibilidad localizada
Movilidad del implante
Mal aliento persistente o mal sabor en la boca
En Clínica Dental La Victoria, nuestro equipo de expertos realiza diagnóstico y tratamiento de enfermedades periimplantarias mediante los métodos más avanzados. La detección temprana permite tratamientos menos invasivos y mayor éxito en la conservación del implante.

Contenido supervisado y validado por el Dr. Juan Ballesteros Martínez, Director Médico de Clínica la Victoria.