La avulsión dental tiene lugar cuando el diente se separa por completo de su alvéolo, es decir, cuando abandona su alojamiento en el hueso correspondiente. Suele surgir por regla general tras un traumatismo fuerte o accidente, como consecuencia de alguna caída o de algún golpe. Por su parte, el diente mantiene su integridad y no modifica su estructura.
Cuando tiene lugar una avulsión, es importante saber cómo actuar para encontrar una solución y recolocar el diente lo antes posible. En este post te contamos cómo es el tratamiento a seguir en estos casos.
La avulsión dental suele tener lugar con más asiduidad en deportistas o en niños de 7 a 9 años (cuando están saliendo los incisivos permanentes). Como ya hemos apuntado, cuanto antes se reimplante el diente, más probable será el éxito de la intervención. Es importante conservar adecuadamente la pieza dental que se ha caído e ir al momento a tu clínica dental de confianza.
El tratamiento variará dependiendo de si nos encontramos ante una avulsión con ápice abierto o cerrado. Estas son las diferencias principales entre ambas técnicas
Esté o no el ápice abierto, al paciente se le realizarán siempre las pruebas que el odontólogo considere oportunas (como una radiografía) y posteriormente se procederá a la reimplantación. Seguidamente, se colocará una férula que deberá llevarse durante un mínimo de tres semanas para que el diente pueda fijarse con normalidad.
No obstante, si la avulsión dental presenta un ápice abierto, se limpiará el conducto y se rellenará con hidróxido de calcio. Así, se recomienda su limpieza con doxiciclina durante unos cinco minutos para que sea más sencilla su revascularización. Es importante que el médico compruebe aproximadamente a los dos meses que el hidróxido no se ha reabsorbido. En caso de que ocurriera, sería necesaria una sustitución.
Por el contrario, si estamos ante una avulsión con ápice cerrado, el tratamiento diferirá en algunos puntos. En este caso no va a ser necesario aplicar el relleno de hidróxido de calcio y la endodoncia puede realizarse de forma intra o extraoral.
Independientemente de que el ápice esté abierto o cerrado, tras el tratamiento es importante evitar alimentos difíciles de morder. A su vez, el paciente deberá seguir una dieta blanda, no realizar movimientos bruscos al masticar y tomar algún antibiótico para calmar el dolor, entre otras recomendaciones.
Contenido supervisado y validado por el Dr. Juan Ballesteros Martínez, Director Médico de Clínica la Victoria.